el boligrafo

El bolígrafo tal y como lo conocemos fue inventado en 1938 por los hermanos Biro, de origen húngaro, pero que se habían mudado a Argentina, y se habían nacionalizado allí, por lo tanto, hay un humilde 5000% de que si le preguntas a un argentino sobre la procedencia del bolígrafo, el te dirá con orgullo (como con cualquier cosa relativa a su país) que el bolígrafo fue hecho en argentina, por un argentino y para los argentinos, y que se dice birome (o lapicera, como también le dicen, aunque aun con la diferencia de nombre, sigue conservando su esencia de arma mortal que se ensarta en el ojete del rival)

Al principio su lanzamiento no fue muy destacado, hasta que el ejército de los Estados Unidos mostró su interés en adquirir 20.000 bolígrafos para utilizarlos con fines bélicos a finales de la II Guerra Mundial. El modelo adquirido podía utilizarse tanto para escribir, como de arma blanca, o para cavar trincheras, reemplazando rápidamente las palas de campaña, mucho más pesadas y aparatosas de utilizar.

Tras la finalización del conflicto bélico, la compañía BIC decidió sacar una versión del arma para uso civil, fabricado en plástico y de duración limitada, mientras que la compañía alemana Staedtler sacó otra versión más mortífera y duradera.

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